miércoles, 24 de junio de 2009

Eduardo Buzzi: "a un tipo como Felipe hay que firmarle un cheque de confianza".

Ni Francisco de Narváez, ni Mauricio Macri, ni Elisa Carrió. La cotizada foto proselitista junto a Eduardo Buzzi la acaparó Felipe Solá, “por haber jugado bien y por haber puesto lo que tenía que poner”, según justificó el propio presidente de la Federación Agraria Argentina, en alusión al apoyo del bonaerense a la causa ruralista y a su voto en contra de las retenciones móviles.

Canosos y muy sonrientes, Solá y Buzzi compartieron escenario en un ámbito campestre: la ciudad de Lincoln, al noroeste de la provincia, rica en producción agrícola y ganadera.

A cinco días de las elecciones, Buzzi recomendó a los 200 chacareros presentes en el galpón local que “a tipos como Felipe hay que firmarles un cheque de confianza”.
Todo un gesto de parte del ruralista que, a diferencia de Alfredo De Angeli, evitó patrocinar actos de campaña de la oposición. “Es el evento más proselitista en el que estuve. Es que valoro la actitud de Felipe. Todavía recuerdo cuando se enfrentó a (el diputado Carlos) Kunkel”, argumentó Buzzi ante el periodista de Crítica.

El ex gobernador llamó a Buzzi anteanoche para sumarlo a su recorrida por las ciudades de Chacabuco y Lincoln, en busca del voto independiente, “el que definirá la elección”, según opinó Solá.
Buzzi aceptó sumarse al acto de la ciudad de Lincoln y, a su vez, apoyar las candidaturas provinciales y municipales de los PROperonistas enrolados en la Federación Agraria Argentina, principalmente la del postulante provincial Jorge Solmi, quien acompañó ayer la convocatoria proselitista.

Solá desplegó su juego con eficacia. Invocó su conocimiento técnico de la producción agrícola, reclamó bajar las retenciones, modificar la forma de coparticipación, reivindicó su gestión bonaerense y propuso al auditorio, chacarero en su mayoría, “construir un nuevo movimiento, un sentimiento en acción después del 28 de junio”.

La performance campesina de Solá comenzó en Chacabuco. Antes del mediodía, un compacto tractorazo recibió al postulante y lo cortejó en su recorrida por la ciudad bonaerense.
Solá arengó a la militancia en un local partidario y, ya al mediodía, comió un asado en la parrilla Carlitos, donde unas cien personas pagaron el bono PROperonista de 30 pesos, que incluyó chori, vacío, ensalada y almendrado de postre.

Mas tarde se dirigió a Lincoln, para capitalizar toda la buena imagen del presidente de la Federación Agraria Argentina, besado y fotografiado por los linqueños.

Ya en el galpón, entre sillas de plástico, banderas argentinas y estufas a querosene, Solá justificó, una vez más, su éxodo del kirchnerismo basado en que “12 millones de personas cambiaron la imagen que tenían del kirchnerismo. ¡12 millones! Y me dicen traidor a mí. Me fui junto a 12 millones de traidores, entonces”.

Hubo aplausos chacareros en Lincoln para Felipe, muy parecidos a los que recibió casi un año atrás, cuando Solá votó en contra de las retenciones móviles y empezó a “jugar bien”; a ganarse la foto de ayer, abrazado a Eduardo Buzzi.
xxzxx
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